(2014)
De
las 4P a las 4C del marketing
Desde el primer curso de marketing el concepto
ha evolucionado continuamente pero las famosas 4P,
con acento en el producto, todavía son necesarias
para comprender las más contemporáneas,
las 4C con acento en el consumidor.
Para
la mayoría de los autores, el marketing es
tan antiguo como la historia de la humanidad, por
cuanto es necesario intercambiar productos y servicios
para vivir, que a su vez crean sistemas de gran
complejidad, como por ejemplo el mercado. Dentro
de un sistema social, se trabaja en equipo para
vivir a diferencia de otras especies
que lo hacen solo para sobrevivir.
La diferencia entre vivir y sobrevivir es enorme,
por cuanto vivir crea necesidades de todo tipo,
“los recursos son finitos en cambio las necesidades
son prácticamente infinitas”, como
la economía lo enuncia.
Hasta
antes de la Segunda Guerra Mundial, la economía
giraba en torno a la manufactura con la producción
de productos cada vez más elaborados. En
este contexto nace oficialmente el marketing, cuando
en 1910 la Universidad de Wisconsin imparte un curso
denominado “Marketing Methods”. Inicialmente
el acento de la naciente disciplina estaba en la
logística y los punto de ventas, por cuanto
quien disponía de productos y un lugar para
vender, disponía de compradores.
En
esa época se producía en base a los
principios del Taylorismo, un sistema inventado
por el ingeniero estadounidense Frederick Winslow
Taylor. Este sistema subdividía la manufactura
en distintas etapas, aumentando la productividad
por medio de ensamblar componentes a lo largo de
una cadena de producción. El marketing se
hace cargo de esta realidad y pone el foco en los
productos además de potenciar para efectos
de la publicidad el termino “moderno”,
a pesar de la creciente deshumanización que
implicaba las condiciones de producción a
gran escala. Esta periodo queda magistralmente registrado
en 1936, con la película “Tiempos Modernos”
de Charles Chaplin. Durante esta época también
destaca la irrupción de la radio en el mercado,
por cuanto si bien existían periódicos
con grandes tirajes, y por lo tanto la publicidad
era una herramienta muy empleada, la radio significo
una revolución al masificar el acceso a las
medios de comunicación.
En
general no se produjeron grandes transformaciones
en el modelo de producción imperante, hasta
la crisis económica de 1930, uno de los factores
que posibilito el surgimiento del nazismo en Europa,
creando las condiciones para el posterior estallido
de la Segunda Guerra Mundial. El termino de la guerra
implicó grandes cambios en las relaciones
sociales y económicas en el mundo, como por
ejemplo, el termino de imperios, el ingreso de las
mujeres al mercado laboral, la consolidación
de la radio y la aparición de la televisión.
Sin embargo llama la atención la irrupción
al cabo de una década, de los cada vez más
sofisticados productos alemanes y japoneses, paradójicamente
los principales derrotados.
En
este contexto, en 1960, E. Jerome McCarthy, académico
estadounidense, quien obtuvo el grado de Doctor
de la Universidad de Minnesota (PhD), resume un
concepto fundamental: el Marketing Mix compuesto
de cuatro elementos Product, Price, Place, y Promotion.
En definitiva las famosas 4P, traducidas al español
como Producto, Precio, Plaza y Promoción.
Desde
una perspectiva empresarial la principal función
del marketing es el estudio del mercado. En efecto
se estudia el mercado en relación a los propios
productos para generar una estrategia que permita
realizar acciones planificadas con el objetivo final
de captar clientes. Por esta razón, las 4P
fueron rápidamente adoptadas, por cuanto
implicaban el desarrollo de estrategias de marketing
empresarial, utilizando un modelo que toma en cuenta
los componentes más importantes para la introducción
y venta de un producto en el mercado.
Como
modelo, el marketing mix implica que no es posible
desarrollar estrategias basadas solo en la manufactura
de productos, en otras palabras poseer stock de
productos para la venta no garantiza el éxito,
sino hay que tomar en cuenta otros factores como
el precio, la promoción y de que forma los
productos se distribuyen. Por lo tanto, este mix
de factores es lo que finalmente incide a que el
consumidor final prefiera un producto en detrimento
de otro. No obstante el acento continua en el producto,
que en rigor, es una forma discreta de decir que
el poder lo tienen las empresas que los comercializan
en el mercado.
No
es posible soslayar la importancia del mercado ni
tampoco el poder que las grandes empresas tienen,
especialmente las multinacionales. Por cuanto el
capitalismo se basa en la concentración financiera
y la propiedad privada de los medios de producción,
aunque su expansión depende del desarrollo
o la creación de nuevos mercados. Desde esta
perspectiva de mercado, que además toma en
cuenta el desarrollo de los medios de comunicación
de masas y la irrupción de internet al gran
publico, Robert F. Lauterborn, Profesor de Publicidad
de la Universidad de Carolina del Norte, propone
en 1993 un modelo donde el acento cambia hacia el
consumidor. Este modelo hace una actualización
de las 4P hacia las 4C por Customer, Cost, Communication,
Convenience, en base ha estudiar al consumidor en
relación a sus necesidades, motivaciones,
preferencias y como se desarrolla su comportamiento
en el tiempo.
Las 4C parten de las necesidades de los Clientes
(Customer) remplazando a la P de Producto,
por cuanto ya no basta introducir productos en el
mercado, sino también estos deben estar enfocados
a las necesidades de los clientes. El problema y
también la oportunidad, se presenta en que
a pesar del poder de las grandes empresas, conforme
las economías se desarrollan los consumidores
son mas sofisticados y expresan mayores exigencias,
lo que en algo equilibra los diferentes intereses
en los mercados.
En
los mercados más desarrollados, el consumidor
evoluciona como cliente y el precio es una de las
variables que pone en relación a la satisfacción
final. Bajo esta premisa, en el modelo de las 4C,
el Costo remplaza al antiguo Precio
de las 4P, por cuanto desde la perspectiva del cliente
moderno, el precio es solo un aspecto que se visualiza
como parte del costo total que se esta dispuesto
a pagar, si esto conlleva una satisfacción
mayor.
En
muchos países la venta por catálogo
unido a un servicio de excelencia por parte de correos
permitió el desarrollo de este tipo de compra
a niveles de tradición familiar, donde las
empresas literalmente entraban a los hogares bajo
la forma de un catálogo impreso de productos.
Actualmente las posibilidades de comprar por internet
se masifican continuamente, con la creación
de mercados virtuales, que permiten incluso leer
reseñas sobre los productos, previo a su
compra.
Como
el acento de las 4C esta en el consumidor, la Conveniencia
remplaza a Plaza de las 4P, que
implica descubrir la mejor forma de llegar al cliente,
como este prefiere comprar, que valora como más
conveniente, especialmente en un mercado global
donde la ubicación pierde algo de su relevancia.
Hay que destacar que el ahorro no siempre es la
motivación principal, por lo tanto es posible
concluir que un bajo precio, no implica necesariamente
una conveniencia para una parte de los consumidores.
Un ejemplo, es la compra de útiles escolares
de cada año, donde muchos padres prefieren
recorrer diferentes negocios cotejando precios y
comprando en base una lista. En contraste hay empresas
que reúnen en una sola caja los productos
de la lista, incluso con servicio de distribución
de esta caja. En este caso el tiempo ahorrado puede
tener mayor valor, ósea más conveniencia
para ciertos clientes.
La
Comunicación remplaza a
Promoción de las 4P ya que no basta
promocionar en forma unidireccional, sino se necesita
comunicar para convencer al consumidor. El problema,
y nuevamente la oportunidad, radica que comunicar
implica un proceso bidireccional donde las opiniones
del cliente son importantes. Esto es de especial
relevancia bajo el actual desarrollo de internet,
y el éxito de las redes sociales, como una
plataforma para intercambiar opiniones, y en ciertos
casos para influir.