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Innovación y Desarrollo I+D (2016)
Innovación: Captura del valor tecnológico

Bajo la perspectiva de captura del valor tecnológico de las innovaciones de base científica, es posible visualizar oportunidades de inversión y negocios, en cada una de las etapas de un proyecto I+D.

Introducción a la problemática I+D
El manual de Frascati (aprobado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo: OCDE en 1964), define la investigación y el desarrollo experimental (I+D) como “el trabajo creativo llevado a cabo de forma sistemática para incrementar el volumen de conocimientos, incluido el conocimiento del hombre, la cultura y la sociedad, y el uso de esos conocimientos para crear nuevas aplicaciones”. Comprende investigación básica, aplicada y el desarrollo experimental. (Conceptos Básicos de Ciencia, Tecnología e Innovación. CONICYT 2008).

Innovación
El economista Joseph Alois Schumpeter fue el primero en destacar la importancia de las tecnologías en el crecimiento económico, acuñando en 1934 el concepto de “innovación”. Si bien el término es de fácil comprensión, puesto que la palabra innovación se asocia rápidamente a algún nivel de novedad, lo que Schumpeter potencia, es su relación con la economía y el impacto económico que ésta puede tener.

Entre las muchas definiciones de innovación, una de las más aceptadas corresponde a la de la OCDE y el denominado Manual de Oslo (2006), que define la innovación como “la introducción de un nuevo, o significativamente mejorado, producto (bien o servicio), de un proceso, de un nuevo método de comercialización o de un nuevo método organizativo, en las practicas internas de la empresa, la organización del lugar de trabajo o las relaciones exteriores”. Esta es una definición de carácter amplio, adoptada en Chile por diferentes instituciones. Sin embargo hay que hacer notar que esta definición contiene una visión de la innovación que no implica necesariamente un invento o una tecnología.

Innovaciones de base científica
La Academia Chilena de Ciencias, define al investigador como “personas con productividad científica en los últimos 5 años, avalada por publicaciones in extenso en revistas de circulación internacional que cuenten con un Comité Editorial selectivo”. En relación a las innovaciones de base científica, el estudio destaca que tienen el mayor valor social y económico, donde el papel del investigador es esencial y que por definición se producen en las fronteras del conocimiento humano, lo que conlleva necesariamente un impacto global. (Innovación basada en conocimiento científico. ©2013, Academia Chilena de Ciencias).

Transferencia tecnológica
“La transferencia tecnológica básicamente es la transmisión o entrega de información tecnológica o tecnología entre un propietario de la misma y un tercero que la requiera. Dicha transferencia se puede realizar sobre activos intelectuales como son las patentes, ya sean estas una solicitud en trámite o una patente concedida”. (Inapi.cl).

Esta transferencia necesariamente ocurre entre un propietario de la misma y un tercero que la requiera, con el objetivo de comercializarla en el mercado. Sin embargo para poder realizarla en el caso de innovaciones de base científica, es necesario contar con activos intelectuales como son principalmente las patentes, y otras como por ejemplo, secreto industrial, marcas y otros propios del mercado tecnológico.

Hay que destacar que los científicos e innovadores conforman el grupo minoritario del mercado tecnológico, ecosistemas de innovación o similares, a pesar de su importancia capital, por cuanto su creatividad reflejada en sus innovaciones, constituye la piedra angular de este mercado. Este hecho, generalmente pasa desapercibido, y adquiere toda su relevancia en el momento de las negociaciones para ingresar inversión a la tecnología.

La creación de valor, o valor agregado en economía, “es el valor económico adicional que adquieren los bienes y servicios al ser transformados durante el proceso productivo”, (Wikipedia.org). En cambio para las innovaciones tecnológicas, el problema radica en que la creación de valor económico no es inmediato y comúnmente los proyectos demoran hasta 10 años en alcanzar una madurez tecnológica que los hagan atractivos para el mercado.

En las etapas iniciales comúnmente los proyectos I+D son financiados por el Estado, en el caso de Chile a través de fondos concursables y albergados en instituciones como universidades o centros tecnológicos. Sin embargo en etapas posteriores, el proyecto con su tecnología debe disponer necesariamente de al menos:
• Una estrategia, reflejado en un modelo óptimo de acción para su introducción final al mercado.
• Modelo de transferencia tecnológica, que incorpore la propiedad o licenciamiento de la tecnología.
• Creación de empresa spin off y un equipo multidisciplinario, con base en la tecnología.
• Valorización de la tecnología y un modelo de negocios claro, en relación a su mercado.
• Búsqueda de inversionistas.

Probablemente el mayor desafío constituye la búsqueda de inversión para un proyecto tecnológico, donde las barreras naturales como la escasez de capital de riesgo, se suman las barreras propias como indefiniciones respecto a la propiedad de la tecnología, y falta de un modelo de negocios convincente.

Sin embargo proyectos innovadores, no tienen necesidad de esperar a la introducción al mercado de sus tecnologías para capturar valor económico, sino que es posible capturar valor en etapas tempranas.

Captura del valor tecnológico
La Academia Chilena de Ciencias distingue 4 elementos que impulsan el proceso innovador para la obtención de tecnologías:

1. la existencia de una idea innovadora respaldada por sólida evidencia científica,
2. incentivos académicos y económicos que promuevan la innovación,
3. respaldo institucional de los organismos del Estado que generen políticas de largo plazo que permitan financiamiento de proyectos innovadores,
4. interés por parte del sector empresarial por arriesgar capitales en empresas riesgosas.

Bajo la perspectiva de captura del valor tecnológico de las innovaciones de base científica, es posible visualizar oportunidades de inversión y negocios, en cada una de las etapas de un proyecto I+D. Por ejemplo, a nivel de “idea”, es posible ingresar una empresa como contraparte comercial al proyecto científico.

Desde el punto de vista de una inversión mayor, para el inversionista su mayor dilema es determinar en qué etapa realizar una inversión. Si ingresa en etapas tempranas comprará más barato, pero a un nivel de riesgo mayor. En cambio si compra en etapas tardías el costo de ingreso es mayor por cuanto ya el proyecto ha superado las etapas iniciales y mientras más avanzado está, es más viable su tecnología y aumenta las posibilidades de validación final.

Efectivamente cuando una empresa o inversionista ingresa en etapas tempranas en un proyecto I+D, obtiene el derecho preferencial a ingresar la primera opción de inversión en la siguiente etapa. De esta forma, desde la perspectiva de la inversión, es posible poner “fichas” en diferentes proyectos y según se produzcan avances, tomar la decisión de inversiones mayores o vender su participación en las siguientes etapas, o mantenerse hasta el final y asumir el riesgo de apostar por la tecnología hasta su introducción final en el mercado.

La siguiente figura muestra un proyecto I+D en biomedicina y cómo adquiere valor, conforme va cumpliendo hitos o incorpora valor en formas de publicaciones o patentes.